Egresados de la UAS participan en un proyecto de carácter social para niños de bajos recursos en Culiacán y Navolato como parte de su servicio social
Por Auxiliar Web
Los jóvenes egresados María Alejandra Medina Beltrán y Daniel Alexis Ortega Camacho de la Facultad de Biología y de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), respectivamente, participaron en el proyecto multidisciplinario denominado “Talleres de Educación Ecológica a través de Ejercicios Artesanales para Alumnos de Nivel Básico en la Cd. de Culiacán y la Cd. de Navolato”, diseñado para ayudar y enseñar a alumnos de bajos recursos. “Es un proyecto de carácter social, el cual tiene como su principal objetivo el apoyar y ayudar a las comunidades de escasos recursos. A mí me toco visitar la escuela Simón Bolívar y la Ciudad de los Niños”, contó María Medina.
Algunos de los talleres que se impartieron en estos lugares fueron de tipo informativo relacionados con el dengue o de bordado; además de realizar juegos y actividades que ayudaban al aprendizaje de habilidades y conocimientos, siendo su principal objetivo la educación. La brigadista aprovechó el hecho de que se encontraba trabajando con la “entomología” que es la “ciencia que estudia los insectos y otros artrópodos que intervienen en el ciclo de transmisión de enfermedades que afectan al hombre y a los animales domésticos y silvestres”, para dar pláticas sobre el cuidado, protección y prevención del dengue como uno de los objetivos marcados en el proyecto de trabajo.
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“Nuestro carácter era más educativo-informativo, por lo tanto, mi objetivo siempre fue ese, apoyar de manera educativa y saber que les iba a dejar algo a ellos”, dijo. Como resultado, ayudaron a un aproximado de mil 100 alumnos pertenecientes a la Escuela Secundaria General “Simón Bolívar”, donde una vez a la semana les impartían talleres educativos-informativos, dando un lapso de 40 a 50 minutos por salón, de modo que cubrieran la matrícula completa. Por otro lado, compartieron su experiencia tras seis meses de trabajo. “
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En la parte educativa que te pusieran atención, que no estuvieran haciendo relajo o volteando para otro lado, el llamar su atención, el poder manejar un grupo fue algo que yo siento no lo hubiera obtenido de fuera”, mencionó Medina Beltrán. En ese sentido, comentó que, gracias al servicio social, pudo encontrar su vocación como maestra, ya que inicialmente iba enfocada en dedicarse a la investigación dentro de la biología, “sin embargo cuando empecé a ir ahí y recibir el resultado de los niños de: “Ay, me gustaría que fuera mi maestra”, “Me gustaron las clases”, “Aprendí algo”, ya iba como que cambiando un poquito la idea que tenía, porque yo siempre les dije a todos los maestros que podía ser lo que sea menos maestra”. Actualmente la egresada imparte clases de Biología y Química en una secundaria. Por su parte, Daniel Ortega expuso que el servicio social le deja la experiencia de “conocer a más personas, así como de aportar un granito de arena a la sociedad”