Por su contribución al desarrollo social y sostenible del estado, ganan la mesa de investigación en el XIV premio universitario

Por Editorial DGSS

La mejor parte del Servicio Social es el crecimiento humanista que se genera entre los universitarios al participar activamente en el desarrollo integral de proyectos que realmente impacten a las comunidades de las que forman parte como miembros activos, destacaron estudiantes al asistir al XIV Premio Universitario de Experiencias de Brigadistas de Servicio Social.

María Esther Pimentel y Scarlette Rosales Galván, alumnas de la Facultad de Ciencias Sociales (FACISO), reconocieron como gratificante el poder tener este acercamiento con otros miembros de sus comunidades para abonar a la concientización colectiva de la mejora continua de estos espacios, creando proyectos que realmente generen un cambio para bien en las zonas rurales del estado.


“Realmente creo que como estudiantes tenemos una noción un poco equivocada de lo que es el Servicio Social, porque lo entendemos como una obligación del estudiante para terminar su carrera, sin embargo, creo que fue una experiencia bastante agradable porque nos conecta con la parte comunitaria, con la parte humana del lugar en donde convivimos, habitamos y que es donde vamos a ejercer nuestra profesión”, indicó María Esther Pimentel.


“El impacto que nosotros quisimos tener fue de conciencia, ya que sentimos que ese es el cambio que verdaderamente los puede ayudar a progresar, a concientizar y conservar la labor que fuimos a hacer (…) fue una experiencia muy bonita, cuidando el impacto que tenemos nosotros como jóvenes en las comunidades rurales, que normalmente quedan desplazadas”, señaló Scarlette Rosales Galván.


De igual manera, Stephanie Azucena Gómez Solano, alumna de la Unidad Académica de Gastronomía y Nutrición Mazatlán, puntualizó que su proyecto se basó en otorgar un conocimiento gastronómico en el Orfanatorio de Mazatlán a largo plazo, desde el manejo higiénico hasta la estructuración de alimentos.


“Nos enfocamos mucho en hacer un proyecto que perdurará no nada más en las generaciones actuales, sino a futuro, (…) la verdad fue muy gratificante, me gustó mucho, fue una experiencia que me enorgullece porque saber que técnicamente me agarraron como ejemplo las niñas para conocer nuevas maneras de cocinar, de hacer los alimentos, fue algo muy satisfactorio además de una reafirmación de los conocimientos que tenía por mi carrera y muchos valores”, resaltó.